Primera parte: en el Calvario
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«Queridos
hijos, hoy os invito de manera especial a tomar la cruz en vuestras manos y a
contemplar las llagas de Jesús. Pedid a Jesús que sane las heridas que, hijos
míos, habéis recibido en el transcurso de vuestra vida a causa de vuestros
pecados o de los pecados de vuestros padres. Sólo así comprenderéis, hijos
míos, que el mundo necesita la curación de la fe en Dios Creador. Mediante la
pasión y muerte de Jesús en la cruz, comprenderéis que, solo con la oración,
podréis también llegar a ser verdaderos apóstoles de la fe, al vivir en
sencillez y oración la fe que es un don. Gracias por haber respondido a mi
llamada».
(Mensaje de María «Reina de la Paz», Medjugorje, 25 de marzo de 1997)