Meditación 28: Don de Entendimiento

 


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En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

. Escucha, Israel

«Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. Pues, ¿quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Del mismo modo, lo íntimo de Dios lo conoce solo el Espíritu de Dios. Pero nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo; es el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones que de Dios recibimos. Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu. Pues el hombre natural no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque solo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo, mientras que él no está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién ha conocido la mente del Señor para poder instruirlo?». Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo» (1 Cor 2, 10-16).

. Mensaje de María «Reina de la Paz» en Medjugorje

Queridos hijos!: También  hoy os invito o todos a la oración. Sabed, queridos hijos míos, que Dios concede gracias especiales en la oración; por lo tanto, buscad y orad, para que podáis comprender todo lo que os ofrezco aquí. Yo os invito, queridos hijos, a la oración con el corazón; sabed que sin la oración no podéis comprender todo lo que Dios programa a través de vosotros. Por lo tanto, orad. Deseo que a través de cada uno se realicen los designios de Dios. Que pueda crecer y madurar cuanto Dios os ha otorgado en el corazón. Por lo tanto, orad para que la bendición de Dios os pueda proteger de todo el mal que os amenaza. Yo os bendigo, queridos hijos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” (25 de abril de 1987).

. Frutos de la Consagración (por San Luis María Grignion de Monfort) 

«El Espíritu Santo os dará por María, su amada Esposa, luz para conocer lo malo de vuestro fondo, vuestra corrupción y vuestra incapacidad para todo bien, si Dios no es su principio, como autor de la naturaleza y de la gracia, y por consecuencia de este conocimiento os despreciaréis y no pensaréis en vos sino con horror. Os consideraréis como un reptil que lo mancha todo con su baba, o como un áspid que lo inficiona todo con su veneno, o como una maliciosa serpiente que sólo procura engañar. En fin, la humilde María os hará partícipe de su profunda humildad, la que os hará, despreciándoos, que no despreciéis a nadie y deseéis que os menosprecien».

. Oración

Rezar un Rosario completo.