Meditación 36: Acción de gracias
Venid, aclamemos al
Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole
gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de
todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres
de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron
sus manos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador
nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él
guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras». Durante cuarenta años aquella
generación me asqueó, y dije: «Es un pueblo de corazón extraviado, que no
reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi
descanso» (Salmo 95).