Meditación 37: Acción de gracias

 


Señor, el rey se alegra por tu fuerza, ¡y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. (Pausa) Te pidió vida, y se la has concedido, años que se prolongan sin término. Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad. Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia. Porque el rey confía en el Señor, y con la gracia del Altísimo no fracasará. Que tu izquierda alcance a tus enemigos, y tu derecha a los que te odian. Los convertirás en un horno encendido, el día de tu cólera, Señor; los devorará en su ira, el fuego los consumirá. Borrarás de la tierra su fruto, y su semilla de entre los humanos. Aunque tramen maldades contra ti y urdan intrigas, nada conseguirán, pues los pondrás en fuga, tensando el arco contra ellos. Levántate, Señor, con tu fuerza, y al son de instrumentos cantaremos tu poder (Salmo 21).